Ni que decir tiene que Hagia Sophia, o Santa Sofía, es uno de los grandes símbolos y monumentos de Estambul. Cada día recibe a miles de turistas, que admiran su presencia, su arquitectura y la belleza pintoresca de su ubicación, a orillas del Mar de Mármara, y a pocos minutos andando de otro de los iconos de la ciudad, la Mezquita Azul.
Hagi Sophia resulta una visita imprescindible en nuestros viajes Estambul. Sus orígenes hay que encontrarlos en la época del emperador romano Constantino, hace más de 1.500 años. Parece increíble que su portentosa estructura, con su enorme cúpula, las vidrieras y las columnas fuera construida solo en cinco años.
Fue construida en el año 537 como una iglesia cristiana, aunque a lo largo de su historia también fue mezquita durante cinco siglos. Hoy en día, desde que lo hiciera Ataturk, fundador de la República de Turquía en 1935, funciona como museo. Son impresionantes los mosaicos que alberga en su interior, en los que se representan diferentes escenas bíblicas, además de la vista casi mística de su cúpula, que se iza a una altura de 56 metros.
Es precisamente esta cúpula la parte central y característica del edificio. Es una maravilla contemplar los mosaicos de colores que adornan sus paredes, en los que veremos imágenes de la Virgen, el Niño Jesús y el Arcángel Gabriel. Algunos de estos mosaicos no se conservan en buen estado, pero otros están en un estado bastante bueno.
Como curiosidad hay que decir que Santa Sofía fue la primera construcción del mundo que se realizó sobre una base cuadrada, siendo hoy la cuarta superficie cubierta más grande del mundo, obra maestra del arte bizantino. Para visitarla solo tenéis que acercaros hasta el distrito de Sultanahmet.
Santa Sofía abre todos los días para las visitas, excepto los lunes, de 09.00 a 16.00 horas. Os recomiendo que vayáis los días entre semana, ya que viernes, sábado y domingo suele estar bastante llena y no se aprecia demasiado bien. La entrada cuesta 20 liras turcas, es decir 9 euros, y la mitad para niños y estudiantes. En su interior también podemos encontrar una tienda de souvenirs.
Ni que decir tiene que, si estáis en Estambul, tenéis que acercaros a la belleza mística y esplendorosa de Santa Sofía. Merece la pena disfrutar de uno de los monumentos más representativos de la ciudad.
Foto Vía Hart Ransom